La GIA fue fundada por Robert M. Shipley en 1931 con la misión de educar al consumidor sobre la industria de la joyería. La GIA tiene laboratorios, centros de investigación y campus alrededor del mundo en California, Nueva York, Hong Kong, India, Londres por decir algunos.

Han contribuido enormemente a la industria de la joyería presentando patentes de lupas, microscopios, cursos y certificaciones a expertos, procesos para identificar gemas naturales contra gemas tratadas y sintéticas. Certificando joyas consideradas patrimonio de la humanidad como joyas de la reina y diamantes famosos como el diamante Hope. La GIA fue el laboratorio que creó el sistema internacional de calificación de diamantes conocido como las 4 C’s.

Sin duda la GIA ha creado los estándares para la clasificación de diamantes. Aunque certifiquen la calidad del corte especificando la proporción, simetría y pulido, la GIA usa una técnica conocida como clasificación promedia, que básicamente se enfoca en las facetas más importantes del diamante. Con estos parámetros, revisan cuidadosamente las 8 facetas cometa y las 8 facetas principales del pabellón, enfocándose en 17 facetas de las 58 que tiene el diamante, alrededor de un tercio. Es importante saber que aunque la GIA sea el punto de referencia en muchos diamantes y clasifique la calidad del corte,no califica el desempeño de la luz en el diamante ni su patrón de corte.

Sin duda un laboratorio experto que lleva más de 90 años da seguridad y respaldo en la compra. Aún así como dicen por ahí, “De la vista nace el amor”, muchas veces hace falta ver las piezas para llegar a convencernos. Hay mucha magia y resplandores que emite un diamante, hay veces que apenas viéndolos podemos llegar a convencernos de cual es la mejor opción.


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